El Mensaje Gnóstico
EL MENSAJE GNÓSTICO
Conferencia de Samael Aun Weor
El Quinto Evangelio
La inquietud espiritual de este siglo se inició, ciertamente, con la Maestra Helena Petrovna Blavatsky. No quiero decir que no hubiesen existido escuelas esotéricas en los siglos anteriores; lo que estoy señalando es que la inquietud esotérica contemporánea, comenzó con la labor iniciada por dicha Maestra.
Ella, realmente, estuvo en el Shangri-la y su Maestro o Gurú fue el gran Maestro Kuthumi.
De joven se desposó con el anciano conde Blavatsky, con quien no hizo vida marital; sólo permaneció a su lado unos pocos meses, viajando con él por Egipto, la India y el Tíbet, pues en aquél entonces era muy mal visto que una mujer viajara sola. Durante esos viajes, conoció a su Maestro.
¿Que poseyó poderes extraordinarios? ¡Es verdad! ¿Que estuvo relacionada, espiritualmente y en forma personal, con los Maestros del Tíbet? ¡Es cierto! Escribió obras notables como “La Doctrina Secreta”, “Isis sin Velo”, “La Voz del Silencio”, etc. Los duros sufrimientos que tuvo que soportar, se debieron precisamente a la dificilísima misión que se le encomendó: La de convencer escépticos, a quienes dio muestras de sus notables poderes psíquicos.
Ella fue la razón por la cual el inglés Sinet y el Maestro Kuthumi, iniciaron una importantísima correspondencia. En cierta ocasión, a una petición del inglés, el Maestro contestó: “¿Está seguro de que si me viera personalmente, no perdería el interés que tiene por mi correspondencia?”.
¡Así es como conocemos la sapiencia de los Maestros! Les aseguro a ustedes que si vieran aquí al Maestro Hilarión o a Morya, o al conde de Saint Germain; si vinieran a vivir aquí con nosotros, en nuestro ambiente, los primeros días ustedes no saldrían de esas casas; los cinco millones de pseudo-ocultistas, espiritualistas y simpatizantes, se desvivirían por conocer a los Maestros.
Después, ¡quién sabe si hasta el saludo les quitarían!
Afiliados o simpatizantes de estos estudios, los hay por millones, pero a la hora de la prueba, a la hora de tener realmente que resolverse, de tener que definirse, en verdad, por el Ser o no Ser de la filosofía, todos ven la cosa tan grave que huyen despavoridos, no queda uno. La mayor parte de las personas buscan estos estudios por diversión, como quien va a los toros o al cine.
La Maestra Helena Petrovna Blavatsky tuvo que sufrir muchas vejaciones y humillaciones.
No obstante tuvo que haber obrado prodigios y maravillas –demostrando sus poderes– para convencer a los incrédulos; esa fue su misión, por cierto muy dura, pues cuando se ha convencido a diez incrédulos, vienen mil; cuando se ha convencido a mil, vienen diez mil; y así, ¿cuándo vamos a terminar de convencer incrédulos?
Nosotros, por nuestra parte, estamos cumpliendo una misión trascendental: entregar el mensaje a la humanidad. Y en nuestro caso concreto, no nos dedicaremos jamás a convencer incrédulos; nos dedicaremos, exclusivamente, a formar el Ejército de Salvación Mundial y a trabajar de acuerdo con el Círculo Consciente de la Humanidad Solar, sobre los planes de una nueva civilización y una nueva cultura.
A pesar de que llevamos treinta y cinco años haciendo esta labor, considero que estamos empezando. Hay unos cinco millones de gnósticos esparcidos en el mundo, que estudian nuestra doctrina. Pero, con todo, considero que estamos en el comienzo de esta gran obra.
El mensaje que debemos entregar se divide en tres partes: la primera es el Kinder; la segunda es la Enseñanza Superior, contenida en los Mensajes de Navidad de cada año; y hay una tercera parte que es más trascendental.
No trataré de convencer incrédulos, no perderé el tiempo en cosas inertes. El que quiera aceptar la doctrina que la acepte; el que quiera rechazarla, que la rechace; que cada cual la interprete con su mente, como bien quiera. El que quiera creer, que crea; el que no quiera creer, que no crea. Eso no nos interesa.
Obviamente, no podemos esperar que el Anticristo de la Falsa Ciencia, vaya a dar su brazo a torcer, así porque sí. Los conocemos muy bien; sabemos que sus seguidores son soberbios, creen que lo saben todo. Lo más seguro es que lanzarán contra nosotros sus ataques y su baba difamatoria, pero eso nos tendrá sin cuidado.
A nosotros no nos va a suceder lo que a Madame Blavatsky, que la mataron con tantas calumnias, que murió de tristeza, y por eso la llaman “la gran mártir del siglo pasado”. A nosotros no nos dolerán las calumnias de la gente. “No soy más porque me alaben, ni menos porque me vituperen; yo siempre soy lo que soy”. De manera que si dicen, que digan; si no dicen, que no digan. Una sola cosa es la que nos interesa: ¡entregar el mensaje, y eso es todo! Hablamos así, apoyados en la experiencia. Podríamos dar muchas demostraciones, pero no tiene caso. Convencer incrédulos, es un gran error. Eso fue, precisamente, lo que llevó a la muerte a Madame Blavatsky. Es claro que la mujer resulta exquisitamente sensible, y al verse ella tan vejada públicamente, humillada y calumniada, enfermó y murió.
Sabemos, pues, lo que es la humanidad. Conocemos aquella sonrisa sutil de los incrédulos. Y ya dijimos anteriormente, que si hoy con vencemos a diez mil escépticos, mañana nos llegarán un millón de los mismos, y nunca terminaríamos esa tarea absurda.
Nosotros somos, en ese sentido, más prácticos: entregamos las Claves para que cada cual se convenza a sí mismo. Si es que alguien quiere convencerse, que experimente “en su propio pellejo”, y no en el nuestro.
Enseñamos, por ejemplo, cómo salir en Cuerpo Astral, para que cada cual se convenza por sí mismo. Enseñamos el sistema para meter el cuerpo físico dentro de la Cuarta Dimensión, para que cada cual vaya, en cuerpo de carne y hueso, a experimentar las cosas del ultra. Así, quienes quieran ver, oír y palpar las grandes realidades de los Mundos Superiores, tendrán que tomarse la molestia de trabajar sobre sí mismos.
Les entregamos los secretos del Gran Arcano y la doctrina escrita en muchos libros, que se encuentran ya en muchas partes del planeta Tierra. Estamos haciendo el trabajo que nos encomendó el Círculo Consciente de la Humanidad Solar: de formar el Movimiento Gnóstico; y éste será cada vez más poderoso. Son muchas, miles de personas las que estudian nuestros libros, y se multiplicarán mucho más en el futuro.
Hemos emprendido una gran campaña de publicidad en toda la América Latina, Estados Unidos, Canadá, Europa, África y Asia; hemos lanzado misioneros en todas las direcciones, y éstos toman la palabra en universidades, casas culturales, radio, televisión, casas de familia, etc., y que además fundan escuelas donde se estudian los grandes misterios y los aspectos científicos del Cosmos infinito.
Nos proponemos crear el Ejército de Salvación Mundial. ¿Que hay reaccionarios? ¡Es verdad! Ustedes saben que hay muchas escuelas de tipo pseudo-esotérico o pseudo-ocultista, que aún continúan fieles a las teorías del pasado y que de ninguna manera aceptan nada nuevo. Hay que dejarlos en paz con sus planes anticuados y rancios. Nosotros somos revolucionarios, y los reaccionarios no podrán estar con nosotros. Nuestras enseñanzas son para aquellos que acepten la Revolución de la Conciencia.
Necesitamos la liquidación o desintegración del Ego; necesitamos que los “agregados psíquicos” desaparezcan, totalmente, para liberarnos del error y del dolor. Porque, realmente, el animal intelectual equivocadamente llamado hombre, lo único que tiene –lo más decente–, es la Esencia, el material psíquico, que no es otra cosa que una fracción de Alma Humana (el Manas Superior de la teosofía). Es decir, que el humanoide todavía no posee Alma.
En todo caso, lo más importante en la vida del ser humano es convertirse en Hombre de verdad, en un Chamberón (que significa Sabio o Santo) en el sentido más completo de la palabra.
Es claro que, para ser Sabio y Santo, se necesita morir en sí mismo, porque de otra manera es imposible convertirse en un Chamberón.
La tríada inmortal Atman-Buddhi-Manas, se cita en muchos textos sagrados, pero, ¿quién la ha encarnado? El hecho de que muchos Iniciados –en el pasado– no dieran a conocer toda la verdad, fue necesario. Había que hablar en los términos en que ellos lo hicieron, para despertar el interés del público.
Tal vez si antes se hubiera aclarado que el ser humano todavía no tiene encarnada su Alma Humana, y que solamente tiene una fracción de Alma encerrada dentro del Ego, las gentes habrían rechazado esta verdad.
El Dr. Rudolf Steiner, en 1912, profetizó que “vendría una enseñanza de tipo superior”, y obviamente ya se está dando. Había que preparar primero el ambiente, y claro que ya está preparado.
Solamente así se le podía entregar a la humanidad esta enseñanza superior…
Sabemos que la Esencia es una fracción de Alma, pero con esa fracción podemos elaborar lo que el Tao llama “Embrión Áureo”. Ese Embrión Áureo viene a establecer, en nosotros, un perfecto equilibrio entre lo material y lo espiritual. Pero no es posible elaborar dicho Embrión, si antes no hemos liberado a la Esencia que se encuentra embotellada dentro del Ego, del “Yo”, del mí mismo.
Desintegrando el Ego, la Esencia o Buddhata se transforma en el Embrión Áureo.
Sólo una persona que posea el Embrión Áureo, está consciente. Quien consiga elaborar dentro de sí el maravilloso Embrión Áureo, despierta en todas las regiones o mundos del espacio, y encarna a su Tríada inmortal. Incuestionablemente, quien logra ese propósito, se convierte en Hombre legítimo, en Adepto del Círculo Consciente de la Humanidad Solar. ¡Eso es todo!