Preguntas Sobre El Proceso Del Maestro
PREGUNTAS SOBRE EL PROCESO DEL MAESTRO
Conferencia de Samael Aun Weor
El Quinto Evangelio
Cuando alguien alcanza ya el “Elixir de Larga Vida” puede vivir perfectamente mil años (que es lo normal de todo ser humano). Cuando el ser humano estaba gobernado por el PRINCIPIO FULASNITANIANO (que es el de los Hombres), vivía mil años y algo más como promedio de vida.
Cuando ya el abominable “Órgano Kundartiguador” lo dañó completamente, hizo surgir, dijéramos, los agregados psíquicos, quedo la Conciencia enfrascada dentro de esos “agregados”; entonces ya quedó sometido a otra Ley: la del PRINCIPIO ITÓKLANOS (que es el Principio Animal), y se acortó la vida cada vez más, y más, y más. Hoy apenas se vive de los 50 a 65 años; la gente se está muriendo a esas edades, según nos informan las estadísticas.
Entonces, si alguien recibe el Principio Fulasnitaniano, pues, obviamente, ese alguien puede tener derecho a vivir su vida normal de unos mil años; eso es lo normal de todo ser Humano Real, eso es lo normal de los HOMBRES REALES. El Hombre real ya queda libre del Principio Itóklanos y queda bajo el Principio Fulasnitaniano. (¡Qué nombrecitos tan raros!, ¿no?, pero así son conocidos).
Entonces, quedando ya bajo el Principio Fulasnitaniano, puede vivir mil años. Al llegar a los mil, pide otros mil y se los dan, y si suplica, cada vez que los pide se los dan y puede vivir millones de años…
– Estudiante. Maestro, ¿cuál es el motivo por el que un Maestro se quede, digamos, un millón de años con el cuerpo físico?
– Maestro. PARA TRABAJAR POR UN PLANETA, POR UNA HUMANIDAD… No está mal… Para trabajar por una Humanidad…
– Estudiante. Usted, en otro Día Cósmico, tuvo el cuerpo millones de años. ¿Cierto, Maestro?
– Maestro. SÍ, EN ESTE MISMO DÍA CÓSMICO EL LEMUR o Lemúrico, mío, recibió el Elixir de Larga Vida, la Piedra Filosofal y la Medicina Universal, es decir, vivió millones de años; vivió entre la Atlántida y la Lemuria, y con el mismo cuerpo con que viví en Lemuria viví en la Atlántida; y viví en la Atlántida como ciudadano Atlante; y terminó la Atlántida y seguí viviendo en la Raza Aria, todavía con el Cuerpo Lemur. ¡Eso era ya un escándalo!: Yo llevaba viviendo millones de años, millones, y sin embargo, aparentemente joven, no revelaba más que unos 25 a 30 años de edad; un cuerpo grande, con unos cuatro metros de estatura y la Glándula Pituitaria aquí, sobresalía en mi Cuerpo Lemur. Claro, perdí ese vehículo cuando eché la Piedra Filosofal al agua, cuando la disolví; sobre todo echarla “en día Sábado”…
– Estudiante. Explíquenos eso, Maestro…
– Maestro. ¿Ah?…
– Estudiante. Más clarito…
– Maestro. ¡Se castra la Enseñanza!…
– Estudiante. ¿Necesitamos Meditarlo?…
– Maestro. Hay que entender, porque de lo contrario CASTRAMOS LA ENSEÑANZA, y no hay que castrar la Enseñanza…
– Estudiante. Sí, correcto, Maestro…
– Maestro. ¡La eché “en día Sábado”! y se licuó la Piedra; Y entonces volví a quedar bajo Itóklanos, el cuerpo físico Lemur obviamente se perdió, murió. Ya bajo el Principio Itóklanos quedé convertido en un “hijo de vecino”…
Hubo una excepción muy curiosa (ya eso son maravillas del Padre), y eso fue en Egipto: Alcancé a hacer toda la Primera Montaña en Egipto, y el Padre apeló a esa antigua ciencia que antecede a la Catalepsia y que tiene un nombre muy extraño… …antigua. Entonces ese cuerpo quedó como muerto allí, entre un sarcófago, y pasó a una cripta subterránea, donde tengo un grupo de amigos, compañeros de sepulcro (unos doce…, once; conmigo somos doce)…
– Estudiante. ¿Doce momias?…
– Maestro. Doce. Mis compañeros y yo DEJAMOS NUESTROS CUERPOS VIVOS, metidos entre sarcófagos y bajo una cripta subterránea, en un lugar secreto…
– Estudiante. ¿No nos dice en qué parte, para cuando vayamos a Egipto?…
– Maestro. ¡Secreto de estado!
– Estudiante. Maestro, el Padre Interior suyo, su real Ser, previno… ¡Ah! Como él lo sabe todo, él sabía que usted iba a necesitar esa momia para ahora, ¿cierto? ¿Y por eso lo hizo?
– Maestro. ¡Por eso! Es que tanta es la Sabiduría del Padre que desde la Dinastía del Faraón Kefrén (hace más de 4.000 años), él sabía que iba a necesitar ese vehículo y lo previó. Por eso ese cuerpo no murió, lo dejo en Catalepsia, en el suelo de Egipto, y quedó en un lugar seguro donde, hasta ahora, la pala de los arqueólogos no ha llegado ni podrá llegar jamás…
– Estudiante. ¿Está cerrado, conjurado?…
– Maestro. Arreglado todo, como para que no llegue la pala de los arqueólogos ahí, nunca jamás…
– Estudiante. Maestro, pero, ¿esas doce momias están en el Mundo Tridimensional o están en la Cuarta Coordenada?
– Maestro. ¡No señor: En el mundo físico! (Estamos hablando del mundo físico tridimensional de Euclides), en este mundo que nos movemos, en este [golpes en la mesa] y están debidamente colocados en la cripta.
– Estudiante. Maestro, ¿aquí, en las Pirámides, hay momias de Maestros, internamente? ¿En ninguna aquí en Teotihuacán?
– Maestro. No, ELLOS NO SE ESPECIALIZARON EN ESTO; en Egipto sí nos especializamos en estos estudios. De manera que entonces, pues, claro, él previó eso y por eso dejó ese cuerpo colocado ahí, entre su sarcófago. Ahora me estoy reencarnificando en ese cuerpo.
– Estudiante. Maestro, usted nos dice que terminó la Primera Montaña y que el Padre dejó el cuerpo en catalepsia. Entonces, ¿al dejar el vehículo su Alma tomó otro nuevo cuerpo?
– Maestro. ¡MUCHOS CUERPOS FÍSICOS, miles! (no tanto como miles, no, pero sí muchísimos), tomados en diversas partes, incluyendo a éste, el de la actual existencia!… …Lo maravilloso de esta Reencarnificación es el intercambio atómico, que es muy difícil; el intercambio atómico es incesante, de día y de noche, y a todas horas, para el cambio de vehículo. Pero es muy difícil y muy doloroso, porque existe una especie de desorden dentro del cuerpo; actualmente bulle una especie de desorden atómico; cambiando lo muerto, pasando a donde debe pasar, y lo vivo ocupando su lugar, y los órganos están todos en un estado de ebullición, es decir, en este momento hay un caos en el organismo, y de ese caos tiene que emerger un cuerpo físico completamente fuerte, sano, apto, transformado. Y el caos ese es doloroso: Procesos de transformación de substancias, átomos, todo eso…
Supongamos que un átomo sale de aquí, del corazón. Al salir queda un lugar vacío que él deja, ¿no? ¿A dónde se dirige? Pues a algún átomo, a ocupar ese mismo lugar en el corazón del CUERPO EGIPCIO, y del Cuerpo Egipcio sale un átomo también, del mismo lugar, que deja su lugar vacío para que el que va de aquí ocupe allá y el que viene de allá se cruza con el que va de aquí y llegan al mismo momento. Pero son tantos millones de átomos (es todo un Infinito Microcósmico), que un intercambio de esos abarca muy largo tiempo, ¿no? Más largo (diría yo) que la formación de un feto. Sin embargo, está coordinado con los procesos normales del niño que nace.
– Estudiante. ¿Nueve meses?…
– Maestro. Pues sí. Por ejemplo, actualmente se dice que ESTOY EN EL PRINCIPIO DEL PRINCIPIO, tengo de uno a dos años de edad. Cuando tenga siete será más manifiesto; cuando tenga catorce mejor todavía; cuando tenga veintiuno, pues soy ya mayor de edad…
– Estudiante. ¿Y eso se procesará en el tiempo de unos nueve meses, más o menos?
– Maestro. Sí y se irán viendo ciertos aspectos psicológicos semejantes a los de cada edad. Si ustedes observan, por ejemplo, en mi época actual TENGO CIERTOS ASPECTOS DE LA NIÑEZ…
– Estudiante. ¡De una niñez!… ¡Sí, seguro que sí, Maestro; una inocencia infantil…, hasta rara…
– Maestro. Una inocencia infantil que yo mismo me doy cuenta que la tengo, ¿no? A veces… ¿Los has notado tú?
– Estudiante. ¡Sí, Maestro!
– Maestro. ¿Cómo cuáles, a ver?
– Estudiante. Bueno, me acuerdo la vez que…
– Maestro. ¡Sí!
– Estudiante. Y también, en ocasiones, en la manera de sonreír y de explicar ciertas cosas…
– Maestro. Son estados psicológicos que se van repitiendo en cada edad: Que tres, que cuatro, que cinco, que seis, cuando tenga siete años, cuando tenga catorce, cuando tenga veintiuno, van a ir apareciendo todos esos aspectos. Cuando llegue a los treinta seré un hombre… …Son los cambios que se van verificando de acuerdo con la edad, y actualmente la edad… …Al fin, quedará la totalidad del cuerpo… …egipcio… …y el cuerpo éste, el terrenal, de está existencia queda allá en el sarcófago, ocupando el lugar de la momia.
– Estudiante. ¿Usted piensa utilizarlo después, Maestro?
– Maestro. El Padre sabrá…
– Estudiante. ¿Él ya tiene sus planes?
– Maestro. ¡Él Sabe, él lo sabe todo! Y tiene tanta Sabiduría, que él ve todas las cosas… …Y para él un millón de años es como para nosotros un movimiento de pestaña. ¡El es el que lo sabe!… …Pero… …hay otros once hermanos más, allá en la cripta…
– Estudiante. ¿Están en el mismo proceso?
– Maestro. ¡No, no, lo lamentamos! La única que está en ese proceso es una hermana de la que tengo la esperanza que sea la próxima que se reencarne en ese cuerpo. Ella visita mucho a su sepulcro, su sarcófago… Es una compañera de cripta, o mejor dijéramos, una amiga de sepulcro. ¡Qué amigas tan raras! ¿No? ¡Qué amigas tan raras!…
– Estudiante. ¿Pero está aquí, en México, ella vive aquí en México?
– Maestro. Ella vive en Estados Unidos y se presentó ante mí, en mi presente existencia, aquí una vez. Nos pusimos a platicar, y cuando estábamos platicando… Bueno, Ah, le dije yo:
– Qué aburrido estoy; quisiera morir. Y entonces ella me dijo:
– ¡Ojalá pudieras morir, ojalá; pero NI TÚ NI YO PODEMOS MORIR! Esas palabras sí me dejaron pensando…
– Pero, ¿qué estás diciendo? Entonces me dice:
– ¿En qué año naciste?
– Yo nací el 6 de Marzo del año 1917, en Colombia…
– Eso dices tú, no hay tal. ¿No te acuerdas que en el año 1919 vivías tú en el Norte de México? ¿Y no te acuerdas de los dineritos esos que yo te daba cuando ibas a Los Ángeles? ¿Qué viajabas cada mes a cobrarme las letras?… …que trabajabas…
– Entonces no es cierto que haya nacido en Bogotá, ni en Colombia y que tenga esta edad, entonces, ¿qué edad tengo? Yo me quedé extrañado, perplejo, ¡puras interrogantes! ¿No?: ¿Qué será todo esto? Me dijo:
– Eso que te he dicho es un secreto… …después me quedé yo perplejo, ¡puras interrogaciones!: “Entonces, ¡qué edad tengo? ¿Y de dónde soy?” … …Me quedé muy perplejo durante mucho tiempo, hasta que un día, estando en la Tercera Cámara, en meditación, en cuestión de milésimas de segundo me vi entre mi sarcófago egipcio… …Bueno, miro para arriba y veo a la dama (la dama que me visitó). La saludé con el símbolo del Esoterismo:
– ¡Qué tal hermana! ¿Cómo te va?
– ¡Muy bien, aquí estoy hermano! (Ambos somos compañeros de sepulcro). ¡Por fin, Samael!…
Entonces, pues, ya entendí: Metido allí en el sepulcro, metido en el cuerpo de la momia, vivo… …todo recto.
Fue que por esa época, se me permitió, después de mi desencarnación como el MAYOR DANIEL CORONADO, se me permitió usar un poco el Cuerpo Egipcio (a nosotros se nos permite por tiempos, para mantener todas sus funciones y conservarlas siempre activas), y traje ese cuerpo aquí, a México.
De manera que estaba atendiendo a dos vehículos simultáneamente: Atendía al vehículo recién nacido por allá en Suramérica, y atendía a éste. Hasta que llegó un momento en que ya se me prohibió seguirlo usando; se me exigía ponerle más atención a este cuerpo. Entonces lo pasé al sarcófago, quedó entre su sarcófago otra vez. Pero lo vine a entender fue después de algún tiempo…
– Estudiante. ¿Y la hermana Adepto, ella, está trabajando intensamente en la Obra?
– Maestro. ¡Pues claro que sí! Porque ella ya visita mucho su sepulcro egipcio y dice un… …“Cuando el río suena, piedras lleva”, o “cuando comienzan a caer unas gotitas de agua, sabemos que viene tempestad”. Así, también, pienso que ya pronto… …va a cargar…
– Estudiante. Maestro, a todas esas hermanas Adeptos, ¿quién les da la enseñanza? ¿Internamente el Padre y trabajan en secreto con sus esposos? ¿O cómo la traen? ¿La Sabiduría es innata?
– Maestro. SU SABIDURÍA ES INNATA. Nosotros, los que tenemos MOMIAS VIVAS, somos todos un grupo de hermanos absolutamente Conscientes; a nosotros no se nos olvida nada. Bueno… …las gentes comunes y corriente, no se nos olvida nada y cambiamos de cuerpo como cambiar de traje.
Nosotros somos miembros antiguos, tan antiguos como el mundo… De manera que en nosotros no existe eso que llaman ustedes “olvido”. Casi ni les entiendo a ustedes; eso me cuesta mucho trabajo… …Pero, ya les digo, en el sepulcro allá, somos como doce…
Una vez estaba yo con Mr. LEADBEATER. ¿Has oído hablar de Mr. Leadbeater, el inglés?
– Estudiante. No, Maestro.
– Maestro. Pues fue un hermano, buen Clarividente, que escribió una serie de obras, muchas obras; como por ejemplo: “Los Maestros y el Sendero”, “La Vida Interna”, “Las Últimas… …era Teosofista ¿no? Pero sutilmente muy evolucionista, todavía se ve el Dogma de la Evolución ahí, en ellas. Sin embargo, no está tan marcado del todo, ¿no? No está tan marcado, pero es elemental, son incipientes sus obras, y sin embargo, Mr. Leadbeater es un Gran Maestro, un Gran Maestro Iluminado y Autoconsciente.
Recuerdo que hace muchísimos años, muchos, allá en el tiempo, me vi con Mr. Leadbeater en el Mundo Astral; lo vi todavía con su barba hasta aquí (barba blanca). Luego se sentó y cuando estaba por ahí, sentado en algún lugar extraño, me dice Mr. Leadbeater:
– Aquí le estamos ayudando a usted… …para que en el mundo físico pueda llevar las Enseñanzas que se le van a dar a usted como AVATARA DE LA ERA DEL ACUARIUS, para que pueda usted llevarlas al Mundo Físico estas Enseñanzas que se le van a dar en estos Mundos del espacio, y por eso ahora le estamos dando la didáctica… …nosotros, o sea, todos los miembros de la FRATERNIDAD BLANCA. Recuerdo yo que le dije:
– Muchas gracias, Mr. Leadbeater. (Esto fue hace muchos años atrás). Luego le dije: Bueno, usted ha escrito algunas obras… …pero esos libritos parecen muy elementales. Entonces capté, intuitivamente, que él iba a tomar nuevamente cuerpo y escribiría la Enseñanza Superior. Luego me dijo:
– ¡Concéntrese en mí!…
Yo me concentré en él. Instantáneamente me vi en Egipto, entre mi sarcófago, entre mi cripta. Ahí me encontré entonces, con el grupo de Maestros, dueños de esos cuerpos. Estaban ahí, entre sus sarcófagos y bajo tierra, entre la cripta; allí estaban todos los dueños de esos cuerpos: Venerables Ancianos con sus barbas blancas, impecables, Egipcios todos, con sus túnicas, platiqué con ellos…
Entonces, cuando regresé otra vez (pues viajé en Cuerpo Mental), me metí en mi Cuerpo Astral. Me aguardaba Mr. Leadbeater…
– ¡Oh, Mr. Leadbeater –le dije–, tienes mucho poder: Me has desdoblado en el Mental, y he podio viajar a Egipto!”…
Bueno, me despedí del Venerable Anciano. Luego él se fue por esas calles de Londres con su Cuerpo Astral… …Mr. Leadbeater es un anciano despierto, Autoconsciente, radiante, Iluminado.
Mr. Leadbeater es un Gran Maestro y va a tomar nuevamente cuerpo, y entiendo que va ser para escribir muchas obras de Esoterismo…
Bueno, desde aquella época, hace muchos años, recibí todas esas informaciones y después, ya comenzó el proceso del intercambio atómico.
Quise desencarnar y el Padre me regaño, me echó una regañiza por querer desencarnar…
– Estudiante. ¿Porque quería abandonar el cuerpo físico? ¿Y por qué?
– Maestro. Me sentía muy cansado con este cuerpo. Y así se lo dije al Anciano, cara a cara, le dije:
– Señor, yo ya estoy cansado de este cuerpo físico. Yo me siento mejor…
– Estudiante. ¿Necesitaba un descansito, Maestro?
– Maestro. Un descansito… Pues sí, UNA REGAÑIZA DEL PADRE:
– ¿Por qué protestas? Te he dado todo lo que necesitas: Pan, abrigo, refugio… ¿Te acuerdas cómo pasaste tus últimos días en tu pasada existencia, en México, andando por todas las calles del Distrito Federal con los zapatos rotos o descalzo, el traje hecho un desastre, viejo y enfermo? ¿Dónde viniste a morir? ¿No fue acaso en una casucha inmunda? Entonces yo estaba ausente…
Así me dijo… …De manera que no me dio ni esperanzas de desencarnar; después empezó el intercambio atómico; y estoy en ese intercambio. De manera que en la Logia Blanca me lo dijeron: “¡Tú estás Reencarnando!”
– Estudiante. ¿Eso es lo que verdaderamente es una Reencarnación, cierto?
– Maestro. ¡Cierto! Y la “abuela” preguntó, allá en el sepulcro, en el sarcófago, a los Adeptos:
– ¿La cara, el rostro, va a quedar igual a como está aquí, en el sepulcro? ¿Va a quedar allá, en el físico, así de igual? Y le contestaron ellos:
– Como está aquí, en este sarcófago; allá tiene que quedar de acuerdo… (Le dieron a entender que de acuerdo con el arquetipo de este cuerpo)…
Bueno, ahí está el intercambio atómico, que hace que cada vez que se desprenda un átomo se produzca un sonido eléctrico, como una especie de campanita (tiiinnn): Sale el átomo por la Cuarta Vertical, impulsado por la electricidad, y se encuentra en el camino con otro que viene. Uno va y otro viene, todo el día es así y toda la noche, y claro, mi cuerpo físico en este momento está pasando por ese intercambio. Entonces se nota el desbarajuste de todo el organismo ¿no?; esto es muy fuerte; hasta que quede completamente con le Egipcio.
– Estudiante. ¿Ese cuerpo es trigueño?
– Maestro. Bueno, ¡quemado por el sol del desierto! Ya tengo la mayor parte de los átomos de la cabeza y algunas otras partes del cuerpo, pero los que mejor tengo son los de la cabeza. Todo lo demás, todas las otras vísceras, tienen que cambiar de lugar. En ese intercambio trabajan, dijéramos, distintas partes Autónomas y Autoconscientes del Ser: la Minerva Particular de uno (que es una parte del Ser), dirige todo con la Sabiduría. El León de la Ley ayuda a cambiar las vísceras; el Anubis Particular de uno (otra parte del Ser), ayuda a desatar las rodillas, trabaja en las piernas, en todo el cuerpo. Cada una de las partes del Ser trabaja…
– Estudiante. Maestro, el Maestro Anubis… ¿Él en que época tenía su cuerpo físico en la Tierra?
– Maestro. Es un Maestro muy antiguo, en Egipto…
– Estudiante. ¿El no dejó momia?
– Maestro. No lo he investigado…
– Estudiante. ¿Y él por qué no se deja ver la cara, Maestro? ¿Cómo puede uno hacer para verle la cara, para qué se quite la máscara?
– Maestro. Cuando el quiere dejársela ver, se la deja ver. En todo caso, uno tiene también su ANUBIS PARTICULAR, que es una parte del Ser…
– Estudiante. ¿Es la Ley en uno?
– Maestro. ES LA LEY DE UNO, ésa es una parte del Ser de uno, que es el Anubis Particular de uno…
Y al fin y al cabo el SEÑOR DEL TIEMPO le trae a uno sus memorias, sus recuerdos. Así que cada una de las partes del Ser trabaja…
El Cuerpo Vital que tenía, por ejemplo, este vehículo, ya no lo tengo; ése ya está allá, pasó a la momia, y el Cuerpo Vital de la momia pasó acá; está aquí. La Personalidad esa que uno tiene, la Personalidad humana… Ya no vayan a pensar ustedes que tengo la Personalidad de Víctor Manuel Gómez, ¡no!, ésa está allá en Egipto, amarrada a la momia.
– Estudiante. ¿Esa no se desintegra, Maestro?
– Maestro. No, no se desintegra. La que tengo aquí es la Personalidad Egipcia, con la que estoy hablándoles a ustedes, habló como egipcio. Si se ponen ustedes un poquito receptivos pueden notar, pues, que la Personalidad mía parece salida de sepulcros antiguos…
– Estudiante. Sí se nota el rostro suyo, Maestro, seguro…, en la mirada y en todo, seguro que sí…
– Maestro. Ésa es la Personalidad Egipcia…
– Estudiante. ¡Ah, claro! ¿Esa Personalidad de Víctor Manuel Gómez no puede morir porque el cuerpo está vivo?
– Maestro. El cuerpo está vivo. El otro día quiso venir Víctor Manuel Gómez a molestarme. Estaba yo dictando una conferencia. Estaba en Tercera Cámara, cuando vi a Víctor Manuel Gómez que venía a dictar conferencias y toda esa cosa, y ahí mismo tuve que decir: “Hermanos, cierren cadena”. Desenvainé la espada y con la espada: “SSSSSSSS. ¡Regrésate para tu sepulcro, vete (venía a ocupar su puesto y a dictar conferencia), largo de aquí, le dije, vuélvete al sepulcro, a Egipto!” Y se fue. Así que YA NO SOY VICTOR MANUEL GOMEZ. Para mí, Víctor Manuel Gómez fue una Reencarnación pasada.
Todavía hay gente que me escribe cartas como Víctor Manuel Gómez, aquí; tendrán que escribirlas a Egipto…
– Estudiante. ¿Y si llaman por teléfono?
– Maestro. Pues, tendrán que llamar a Egipto, porque Víctor Manuel Gómez ya está entre un sarcófago, ya se murió; Víctor Manuel Gómez ya no está.
– Estudiante. Maestro, hablando de las Antítesis, se dice que cuando hay un Maestro que enseña Magia Blanca, tiene una contraparte que enseña Magia Negra. ¿Hay alguien que tiene el cuerpo igualito a usted, que tiene la misma figura y enseña Magia Negra? ¿O cómo nos explica eso?
– Maestro. Bueno, yo sé que HAY UNA ANTÍTESIS MÍA, pero sé que está desencarnada. Y esa Antítesis enseña, pues, lo contrario de lo que yo enseño. Un Mago Negro enseña lo contrario, exactamente lo contrario.
– Estudiante. Entonces, ¿a medida que el Adepto va creciendo en Sabiduría Blanca, esa Antítesis va creciendo en Sabiduría Negra?
– Maestro. Sí, en Sabiduría Negra…
– Estudiante. ¿Y todo ser humano tiene su Antítesis?
– Maestro. Sí, así es; la Luz y las Tinieblas de la manifestación. Pues, bien, total que van viendo ustedes que la Personalidad que tengo es la Egipcia, ¡la del Egipto de los Faraones!…
– Estudiante. Sí, Maestro, se le ve esa imponencia, Y hay veces con la túnica, totalmente transfigurado…
– Maestro. Yo ya no tengo la Personalidad que tenía, esa ya pasó a Egipto, ahora es la Egipcia y el Cuerpo Vital que tengo, que sostiene al físico, es el egipcio, es el del Cuerpo Egipcio. De manera que ahora, teniendo este Vital, éste jala más duro a los átomos que están allá; los está jalando y jalando, los reclama, los pide. De manera que esos no dejan de llegar y llegar, de día, y de noche; pero siempre, como quiera que estoy pasando por una transición, es muy dura ¿no? Dura en el sentido físico, porque estoy dejando un cuerpo y tomando otro al mismo tiempo. Un cuerpo que ya prácticamente es un cadáver, y tomando otro cuerpo que está vivo en Egipto, y ése es un cambio…